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Peggy Guggenheim: la coleccionista que convirtió su vida en arte

Marguerite “Peggy” Guggenheim (1898-1979) fue, antes que nada, una figura fascinante del siglo XX: heredera de una de las familias más acaudaladas de EEUU, pionera en el coleccionismo del arte moderno, mecenas de vanguardia… y también un auténtico icono de estilo.

Orígenes y primeros años

Peggy nació en 1898, hija de Benjamin Guggenheim, magnate del cobre, plomo y plata, miembro de la acaudalada familia Guggenheim. Cuando tenía apenas 14 años, su padre murió en el hundimiento del RMS Titanic (1912). 
Esa tragedia marcaría su vida de muchas formas: tanto por la pérdida personal como por la liberación —para bien o para mal— de las expectativas tradicionales que se le imponían como hija de la élite.

Desde joven, Peggy mostró un carácter rebelde: según algunos relatos, hasta se rapó las cejas en su adolescencia como un gesto de rebeldía frente a las féminas de su entorno.

Estas primeras décadas, entre Nueva York y París, les dieron un tinte cosmopolita que luego permeó todas sus elecciones —esta combinación de herencia alta + espíritu aventurero sería clave tanto en el arte como en la moda.

La coleccionista con ojo agudo

Peggy no se contentó con heredar riqueza: decidió ponerla al servicio del arte moderno, cuando muchos aún no creían en ello. En los años 30 residió en Europa, comprando arte de vanguardia, con la famosa frase: “Mi lema: comprar un cuadro al día, y viví conforme a él”.

En 1939-40, ante la amenaza nazi, desplazó su actividad a París y luego a Nueva York, salvando obras, artistas y visiones que la historia del arte reconocería como decisivas. 
Después de la guerra regresó a Europa y estableció su residencia en el Palacio Venier dei Leoni de Venecia, donde su colección se convirtió en museo.

En este sentido, Peggy cambió el paradigma de la mecenas: ya no solo se trataba de patrocinar pasivamente al artista, sino de vivir con el arte, convivir con el riesgo de apostar por lo nuevo, y convertirlo en parte de su vida diaria.

peggy guggenheim

Estilo personal: moda como medio de expresión

 

El look como signo

Una faceta fascinante de Peggy es que su estilo personal reflejaba exactamente su manera de entender la vida y el arte: audaz, transgresora, excéntrica, elegante en su singularidad. Según la revista Another Mag, “como su elección en arte, su estilo fue vanguardista y atrevido: lucía pendientes llamativos y maquillaje de ojos ilustrativo, a menudo cubierto por sus icónicas gafas “mariposa””.

En Harper’s Bazaar se describe: “Junto con su copete de canas, el labial rojo y los pendientes extravagantes se convirtieron en su firma. Su aspecto influyó incluso en diseñadores como Karl Lagerfeld, quien lo canalizó para una colección de Chanel”.

Moda + arte: la simbiosis

Peggy tuvo amistades muy cercanas con figuras de la moda que entendían la ropa como arte. Por ejemplo, su relación con Elsa Schiaparelli —diseñadora italiana que colaboró con artistas surrealistas— fue simbólica. Schiaparelli diseñó para Peggy vestidos tan extraordinarios como aquel vestido de celofán que lució.

Fue precisamente la capacidad de Peggy de ver más allá del vestuario tradicional —de considerar la moda como escenario, escultura o performance— lo que la convierte en una influencia para las generaciones posteriores de diseñadores.

Ejemplos concretos

  • En los retratos de los años 20, fue fotografiada por Man Ray vistiendo un vestido de oro de Paul Poiret y un tocado de Vera Stravinsky.

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    Su uso de gafas grandes tipo “mariposa” más allá de la función, como símbolo de identidad.

  • La fusión de joyería arte-funcional: Pendientes que mezclaban elementos artísticos, como los de Calder o Tanguy, que ella combinaba para “mostrar su imparcialidad entre Surrealismo y Arte Abstracto”.

peggy guggenheim

Su influencia en el mundo de la moda

Del look personal al legado

Aunque Peggy no fue diseñadora, ni modista, su forma de vestir dejó un rastro en la historia de la moda. Algunos aspectos de su legado:

  • Autenticidad & ruptura de normas: Su estilo retaba las convenciones del buen gusto y la más convencional moda de alta-sociedad. Al hacerlo, inspiró la idea de que “vestirse” también es una forma de afirmación identitaria.

  • La moda como arte: Peggy trataba la ropa como extensión de su pasión artística: el cuerpo como lienzo, el vestuario como escultura. Esto abrió camino a los diseñadores que hoy combinan moda y arte sin fisuras.

  • Referencias para hoy: Según British Vogue, “esta temporada, los vestidos brillantes de Miu Miu retomaban el espíritu flapper arte-Poiret que Peggy encarnó”.

  • Estética bohemia-glam: Su combinación de fondo aristocrático + espíritu avant-garde creó un estilo iconoclasta que sigue siendo citado en editoriales de moda como referencia para lo “chic rebelde”.

Ejemplos en el diseño contemporáneo
  • El trabajo de Lagerfeld para Chanel retomando su firma estética, como se mencionó antes.

  • Las campañas de moda que buscan “el espíritu Guggenheim”: gafas exageradas, joyería pesada, mezcla de piezas vintage y modernas.

  • Las exposiciones de moda que exploran la transición moda-arte (por ejemplo, la exposición sobre Schiaparelli en el museo de Peggy).

Lecciones de estilo que podemos aplicar

Aunque Peggy vivía en una época muy distinta, hay buenas “moralejas” de su enfoque estilístico que siguen siendo válidas:

  1. Clarity of identity: Ten una imagen que te represente. Peggy sabía quién era, visualmente y culturalmente.

  2. No temer al atrevimiento: Un accesorio muy marcado (como sus gafas o pendientes) puede convertir un look sencillo en uno memorable.

  3. Fusionar pasiones: Moda + arte + vida «cotidiana» fueron para ella inseparables. Eso hace que su look tenga coherencia, no solo extravagancia.

  4. Más que seguir tendencias: crear historia: Peggy no vestía para encajar, vestía para definirse. Hoy eso puede interpretarse como “invierte en piezas con carácter”.

  5. Sostenibilidad de la estética: Aunque su estilo fue contemporáneo de cada década, hay elementos que hoy volverían a usarse —lo único que cambia es la actitud.

Contradicciones, desafíos y complejidad

Para entender plenamente a Peggy, no basta quedarse con la imagen glamorosa. También hay facetas más oscuras o complejas:

  • Como coleccionista, aunque apoyó a muchas artistas mujeres, la relación fue ambivalente: algunas críticas señalan que su legado con respecto al feminismo es complejo.

  • En lo estilo-vida: su vida sentimental, sus excesos, su sentido de la libertad, también la posicionan como una figura en conflicto entre las expectativas de su clase y su deseo de independencia.

  • Su muerte en 1979 y la permanencia de su legado: su casa-colección en Venecia se ha vuelto un museo que cualquier amante del arte y la moda puede visitar.

Peggy Guggenheim representa una conjunción poco frecuente: riqueza heredada, intuición vanguardista, estilo personal decidido, y una mirada artística que trascendió su papel de coleccionista. En el mundo de la moda, su huella puede no ser tan evidente como la de una diseñadora famosa, pero su influencia está ahí: en la idea de vestir con intención, en fusionar arte y moda, en usar la estética como forma de vida.

Si hoy nos preguntamos por qué una mujer de principios-mediados del siglo XX sigue siendo referente estilístico, la respuesta es que Peggy no se limitó a vestirse bien: se vistió para ser ella misma, y lo hizo con total autonomía. Esa es la lección que la moda contemporánea todavía puede rescatar.

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